¿Por qué importa el tema?

Los medios de comunicación contribuyen a dar forma a nuestras opiniones, nuestros puntos de vista sobre la vida y sobre nosotros mismos. Considerando la importancia de los medios como un facilitador de los debates de la sociedad, vigilancia de los gobiernos y mediador esencial de los procesos democráticos, el impacto de la falta de transparencia de la propiedad de los medios se demuestra.

¿Cómo puede la gente evaluar la fiabilidad de la información, si no saben quién la proporciona? Cuando tomamos el control remoto de nuestra televisión en casa y apuntamos a la pantalla, quién tiene el control sobre la otra cara de la misma? ¿Quiénes son los dueños de nuestras ondas de radio e Internet?

La transparencia de la propiedad de los medios de comunicación es indispensable para el pluralismo y la libertad de los medios, lo que, a su vez, constituye una sociedad vibrante y abierta. Debe ser el mayor interés de todos los consumidores y también de los propios propietarios. Sus negocios dependen de la confianza de las audiencias a las que sirven, lo que requiere una identidad visible en el primer lugar.

Concentración de la propiedad de los medios inhibe la libertad de prensa y el pluralismo!

Perspectiva global

En los últimos años, tanto las mega-tendencias de la globalización así como la digitalización, han abierto la industria de los medios de comunicación para todo tipo de inversores e intereses.

Una vez siendo un negocio muy estrecho y fuertemente regulado con costos excepcionalmente altos y las barreras de entrada al mercado difíciles, un nuevo conjunto de jugadores – que van desde individuos y oligarcas ricos, los políticos y los partidos políticos, las corporaciones multinacionales y las empresas de capital privado – en la actualidad ejecutan emisoras radiales o estaciones de televisión, portales web y empresas editoriales. En lo que ellos están invirtiendo es la opinión pública y algunos de ellos incluso lo utilizan como un arma. Dada la enorme riqueza y el poder de algunos propietarios, mezclando negocios muy rentables de todo tipo, con actividades políticas y operaciones en los medios de comunicación, surgen oligopolios poderosos.

Así que, irónicamente, y como una paradoja sorprendente, la infinidad tecnológica de internet no parece promover automáticamente más opciones y pluralismo de los medios, pero se repite la enorme tendencia a la concentración de la propiedad de los medios tradicionales.

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